Año: 1935
País: Estados Unidos
Duración: 125 min.
Género: Drama, Bélico, Romance, Histórico
Categoría: Películas cristianas
Edad: +7
Director: Cecil B. DeMille
Guion: Harold Lamb, Waldemar Young, Dudley Nichols
Música: Rudolph G. Kopp
Fotografía: Victor Milner
Reparto: Loretta Young, Henry Wilcoxon, Ian Keith, C. Aubrey Smith, Katherine DeMille, Joseph Schildkraut
Ricardo Corazón de León se une a las cruzadas para eludir su compromiso con la princesa Alicia de Francia. En su travesía hacia Jerusalén se casa con Berengaria, la princesa de Navarra, después de llegar a un acuerdo con su padre, que permite que la misión pueda seguir adelante. Aunque ni siquiera asiste de forma presencial a su boda, se sentirá atraído por la que ignora que es su esposa al cruzarse fortuitamente con ella. Tras conocer su identidad, Ricardo obliga a la joven a acompañarle a Tierra Santa.
Cecil B. DeMille se movía como pez en el agua en este tipo de producciones, dirigiendo a miles de extras y sacando partido de grandes despliegues técnicos, patentes aquí en los decorados o el vestuario. La película, como cabría esperar, es más espectacular que históricamente rigurosa, pero está bien llevada por el realizador norteamericano.
El film lo protagoniza Ricardo I de Inglaterra, un hombre desenfadado que se suma a la contienda motivado únicamente por su rechazo hacia su matrimonio concertado con la princesa gala. No le interesa el sentido religioso de la disputa contra los sarracenos, a diferencia de otros cruzados que combaten alentados por su fe. Su mujer también es creyente y el propio Ricardo, de carácter marcadamente autosuficiente, va experimentando una transformación a lo largo de la historia.
Henry Wilcoxon interpretó al monarca inglés, continuando con esta cinta la que sería una fructífera relación con DeMille. La hija adoptiva del cineasta, Katherine DeMille, representó a Alicia de Francia y una oportuna Loretta Young dio vida a Berengaria, mientras ocultaba su embarazo de pocos meses.
El rodaje de las batallas resultó tan accidentado que ocasionó fuertes fricciones entre los especialistas y el director. Este aunó la épica de los enfrentamientos con momentos de humor, romance y luchas de poder, conformando un largometraje que, aun sin formar parte de los más recordados de su filmografía, ofrece un digno entretenimiento.