Año: 1968
País: Estados Unidos
Duración: 162 min.
Género: Drama
Categoría: Películas cristianas
Edad: +13
Director: Michael Anderson
Guion: John Patrick, James Kennaway
Música: Alex North
Fotografía: Erwin Hillier
Reparto: Anthony Quinn, Laurence Olivier, Oskar Werner, David Janssen, Vittorio De Sica, Leo McKern
El obispo ruso Kiril Lakota es reclamado por el Vaticano, tras ser liberado de una larga reclusión en un campo de prisioneros soviético. Debido a sus cualidades es nombrado cardenal y, después de morir el papa, es sugerido en el cónclave como su sucesor. Su inesperada candidatura es respaldada con entusiasmo por el resto de cardenales y Kiril, pese a ser un hombre muy humilde, acepta la responsabilidad encomendada.
La gran particularidad de esta película -y por extensión de la novela de Morris West que adapta- es haberse adelantado varios años al nombramiento de un pontífice del Este, el polaco Karol Wojtyla, poniendo fin a más de cuatro siglos de pastores italianos ocupando la cátedra de Pedro. Además, el personaje de ficción, al igual que Juan Pablo II, tiene que convivir con la Guerra Fría y participa activamente en la resolución del conflicto.
La cinta fue dirigida por el londinense Michael Anderson y protagonizada por Anthony Quinn con su habitual solvencia. El intérprete refleja las dificultades del nuevo pontífice para acomodarse a un cargo ligado a una renuncia radical, en el que a veces se siente solo, aun estando rodeado de multitudes. Desde su relevante puesto, Kiril deberá afrontar una compleja crisis mundial, agravada por la hambruna en China y por el bloqueo de las potencias occidentales al país asiático.
En ciertos momentos, el film se pierde en superfluas subtramas que no acaban de resolverse en su holgado metraje de más de dos horas y media. Sin embargo, se trata de una atractiva propuesta en su conjunto, que escenifica exhaustivamente el procedimiento llevado a cabo en un cónclave. Para este capítulo se utilizaron imágenes reales de archivo, pertenecientes a lo acontecido entre el fallecimiento de Juan XXIII y la elección de Pablo VI, en el año 1963.
La producción fue galardonada con el Globo de Oro a la mejor banda sonora, por la partitura de Alex North, y estuvo nominada a dos premios Óscar.
[El siguiente comentario revela partes importantes de la trama]
Aunque es innegable que el largometraje pretende ofrecer una visión honesta de la Iglesia católica, resulta ambigua la decisión del papa de enajenar los bienes del Vaticano para paliar el hambre. Un problema de tal magnitud requiere medidas más amplias, nacidas de un cambio de mentalidad global, en vez de un parche que repercutiría en la privatización, en manos de coleccionistas particulares, de un patrimonio que forma parte del legado artístico y espiritual de la humanidad.