Año: 2022
País: España, Colombia
Duración: 107 min.
Género: Drama, Suspense, Histórico
Categoría: Películas cristianas
Edad: +18
Director: Imanol Uribe
Guion: Daniel Cebrián
Música: Vanessa Garde
Fotografía: Gonzalo F. Berridi
Reparto: Juana Acosta, Juan Carlos Martínez, Karra Elejalde, Carmelo Gómez, Ben Temple, Angel Bonanni
En noviembre de 1989, durante la guerra civil de El Salvador, son asesinados seis jesuitas y profesores de la universidad José Simeón Cañas (UCA), una trabajadora del centro y su hija. El gobierno acusa a la guerrilla de lo ocurrido, pero Lucía Barrera, una empleada de la limpieza de la UCA, pudo ver a través de una ventana al ejército abandonando el lugar de los hechos. Su testimonio cambiará su vida y la de su familia.
En una película de esta temática es fácil acordarse de un referente como la francesa De dioses y hombres. Sin embargo, la cinta de Imanol Uribe es diferente al título de Xavier Beauvois por varios motivos, principalmente, porque se centra en la historia de Lucía más que en la comunidad de religiosos de la Compañía de Jesús asesinados.
El personaje de Lucía Barrera está bien interpretado por Juana Acosta. La actriz colombiana representa a una mujer sencilla y católica, que es acogida por los jesuitas junto a su marido y su hija, cuando su familia está pasando un mal momento por los estragos de la larga guerra en el país centroamericano. Este acto de bondad cala hondo en una leal Lucía, que no duda en contar la verdad, pese a las represalias hacia ella y los suyos.
Imanol Uribe nació en El Salvador, por el trabajo de sus padres, y estudió con los jesuitas, así es que los acontecimientos que trata le tocan de cerca. A su narración de estilo clásico le falta ritmo y tensión, pero la trama tiene personajes interesantes y realiza un retrato de los religiosos inusual en el cine español apoyado por subvenciones. Muestra a unos hombres buenos, que rezan e intentan ser consecuentes con sus convicciones.
Cinco de los jesuitas asesinados eran españoles. Entre ellos estaba Ignacio Ellacuría, un intelectual y sacerdote de origen vasco afín a la teología de la liberación, tan en auge en aquella época. Se escenifica su rechazo ante las injusticias y, asimismo, hacia la violencia de la guerrilla. En realidad, pidió de forma reiterada una salida negociada al conflicto, que paradójicamente empezó a producirse debido al impacto, en la opinión pública internacional, del crimen que acabó con su vida y la de otros mártires de la UCA.
La política salvadoreña estaba fuertemente polarizada y, sin duda, hay cuestiones que difícilmente caben en un largometraje de duración estándar. No obstante, queda reflejada la postura estadounidense ante la contienda, cuando Lucía y su familia están bajo la custodia del FBI en Miami, y también vemos la mediación del enérgico padre Paul Tipton. Un film que complementa bien los hechos recogidos por Llegaron de noche es Romero, dedicado a la figura del popular arzobispo de San Salvador y estrenado durante la confrontación bélica.
Destacan las breves intervenciones de Carmelo Gómez, como el padre José María Tojeira, y de Karra Elejalde, interpretando al padre Ignacio Ellacuría. Pero el papel principal es el de Juana Acosta, que tiene un excelente personaje con Lucía Barrera, una mujer que, pese las presiones, está dispuesta a pagar el precio de la verdad, porque quiere hacer lo que considera correcto.