Año: 1923
País: Estados Unidos
Duración: 136 min.
Género: Drama
Categoría: Películas cristianas
Edad: +7
Director: Cecil B. DeMille
Guion: Jeanie Macpherson
Música: Hugo Riesenfeld, Milan Roder
Fotografía: Bert Glennon, J. Peverell Marley, Archie Stout, Fred Westerberg, Ray Rennahan
Reparto: Theodore Roberts, Charles de Rochefort, Estelle Taylor, Edythe Chapman, Richard Dix
En los años veinte, el prolífico realizador norteamericano Cecil B. DeMille rodaría la primera de sus dos películas homónimas sobre los diez mandamientos. A simple vista, la diferencia más evidente entre ambos títulos radica en que la cinta que nos ocupa pertenece a la etapa muda, pero a nivel argumental también se trata de propuestas bastante distintas.
En la versión sonora, protagonizada por Charlton Heston en 1956, la escenificación del Libro del Éxodo representa el total de sus cerca de cuatro horas de metraje, mientras que aquí constituye poco más de un tercio del total. El resto está conformado por la traslación de los mandatos divinos a la época del film, a través de la historia de una madre y sus dos hijos.
El relato fue elaborado por la guionista y actriz Jeanie Macpherson, por entonces ya retirada de la interpretación. La trama de ficción que integra en el conjunto tiene el objeto de subrayar la actualidad de las Sagradas Escrituras y lo cierto es que su desarrollo es algo convencional. Nos presenta a una devota mujer que intenta imponer la fe por la fuerza, ante al firme rechazo de su hijo Dan. Este ha decidido dejar a Dios al margen de su existencia, al contrario que su bondadoso hermano John, cuya fiel observancia de los mandamientos hace que, aparentemente, tenga menos éxito que Dan.
La producción contó con unos colosales decorados para recrear el antiguo Egipto y multitud de extras, como parte de un equipo formado por unas dos mil quinientas personas. DeMille dejó patente su habilidad para hacer del séptimo arte un espectáculo, aprovechando su capacidad para filmar secuencias con grandes muchedumbres. No sería la única obra bíblica del cineasta durante el periodo mudo, pues poco después llevaría a la pantalla la vida de Jesús de Nazaret, en Rey de reyes.